La tecnología provoca falta de concentración


El correo electrónico o las llamadas de teléfono pueden ser más peligrosas de lo que los usuarios creen. Y es que según denuncian los expertos, el empleo extensivo de las nuevas tecnologías que proveen a los usuarios flujos de información constante puede tener efectos negativos en sus cerebros.

En este sentido, no resulta infrecuente que las personas que les cuesta separarse de su teléfono móvil, presenten síntomas como la falta de concentración, pérdida de la capacidad de pensamiento profundo e, incluso, adicción.
Así, al contrario de la falsa creencia de muchas personas de que la multitarea provocada por las nuevas tecnologías los hace más productivos, lo cierto es que esta multitarea, si se prolonga en el tiempo, puede acarrear problemas de concentración y para diferenciar la información relevante.
De esta forma, según recoge 'The New York Times',la capacidad de concentración de los humanos está siendo "socavada" por ráfagas de información que juegan con el impulso primitivo de responder a oportunidades y amenazas. Además, esta estimulación constante provoca una excitación, mediante un flujo de dopamina, que, en opinión de los investigadores, puede resultar adictivo y provocar que, en su ausencia, las personas se sientan aburridas.

Del mismo modo, los individuos conectados de manera permanente experimentan más estrés y algunos científicos comienzan a apuntar a que los efectos como el pensamiento fracturado y la falta de atención persisten incluso cuando se abandona la multitarea.
Según la directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, Nora Volkow, la tecnología hace que haya que volver a "cablear el cerebro". Esta experta y otros investigadores incluso comparan el atractivo de la estimulación digital con la que producen las drogas y el alcohol, si bien señalan que, en el caso de la primera, ésta es menor.

Otro de los cambios en la vida diaria que han provocados los móviles y los ordenadores conectados a Internet es la interactividad constante, para el neurocientífico de la Universidad de California en San Francisco, Adam Gazzaley, éste es uno de los cambios "más significativos en el entorno humano".
"Estamos exponiendo a nuestros cerebros a un medio ambiente concreto y les pedimos que hagan cosas para las que no había evolucionado necesariamente", explica. Y añade: "sabemos que ya hay consecuencias".

Fuente: Muy pymes

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