Las mujeres procuran mantener una discusión de los problemas, en cambio los hombres suelen retirarse a su “cueva”, dejando a las mujeres más frustradas y tensionadas aún. En matrimonios difíciles esta tensión aumentada produce respuestas fisiológicas en las mujeres que pueden conducir a un empeoramiento de su salud.
Otra teoría para diferenciar la salud mental y física entre hombres y mujeres casadas, es la manera en que cada uno procesa las emociones del otro. Tanto los hombres como las mujeres se sienten bien sabiendo lo que el otro siente, pero sin embargo existe un aspecto que demuestra una interesante diferencia de género.
Cuando las mujeres entienden las emociones de sus maridos “adquieren” los cambios corporales que ellos están demostrando.
Mientras tanto, los maridos – que también entienden los sentimientos de sus esposas – no demuestran esa clase de activación fisiológica. Esto no es sorprendente puesto que las mujeres son más receptivas y dan más respuestas. Es natural que adquieran e incorporen todo lo que se produce a su alrededor. Los maridos, por otra parte, poseen la capacidad de dividir los problemas en diferentes compartimentos de la mente y se separan más fácilmente de las situaciones agotadoras o estresantes.
Mientras que los estudios y las teorías parecen indicar que el matrimonio es mejor para los hombres que para las mujeres, también aceptando estas diferencias entre esposos y esposas se puede llegar a sobreponerse a esas diferencias. Las esposas necesitan reconocer que sus compañeros necesitan tiempo y espacio para resolver un conflicto. Aceptando que el retirarse hacia su “cueva” es normal, pueden aliviar las tensiones asociadas a este comportamiento.
Los maridos a su vez pueden aceptar que la sensibilidad y la receptividad que ellos valoran en sus esposas pueden hacerlos soportar sus emociones y tensiones, para así poder separarse de las fluctuaciones emocionales de sus parejas. La investigación científica continúa apoyando la teoría de que hay diferencias necesarias y fundamentales entre los hombres y las mujeres.
Es importante entender y aceptar estas diferencias de manera tal que los hombres y las mujeres puedan tener relaciones sanas y satisfactorias. El reconocimiento de las diferencias en pensamientos y expresiones emocionales –que no implican un juicio de valor o de derechos, ni que uno sea mejor que el otro-, y la comunicación entre ambos, puede ser el primer paso hacia la felicidad en el matrimonio.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!!